La locura de la ultraderecha chilena (de genocidas a progresistas)

Ya nadie se extrañe, nuestra ultraderecha desvaría, su afán de convertirse en un movimiento político popular, para así afianzarse políticamante, cuando el tinglado dictatorial del que se han servido caiga por su propio peso, los lleva ahora incluso a asumir posturas de izquierda.

Esto me trae sin duda a una idea que tengo hace tiempo: “la derecha carece de una ideología”, “carece por tanto de una moral y una ética” por tanto con ellos es impensable relacionarse en términos argumentativos, racionales.

Quieren lavar sus ropajes, trasvestirse, así como la derecha franquista, que ahora se aúna en un partido que paradojalmente y con bastante humor negro osa en llamarse POPULAR, y por cierto tiene muchos adeptos.

En síntesis, la derecha no es la derecha, la derecha es lo que la derecha esconde, lo que camufla, pues está dispuesta a trasvestirse miles de veces, y la pregunta sería ¿que es lo que la mantiene como una sola entidad? Que es lo que la unifica?..

¿Será solo el poder de los oligarcas que la financian?.. o es un espíritu más profundo, un espíritu irracional que se nutre de lo peor de los hombres, reflejado en la represión, la usura desmedida, la sed de poder, el temor a la vida, el temor a los otros hombres, es decir el temor a la naturaleza humana?

Cuando este impulso es retractil se le llama CONSERVADURISMO, y cuando es expansivo se le llama LIBERALISMO, dos impulsos que tienen el mismo núcleo atroz. Los peores sentimientos de la especie humana.

Pues sabemos bien que la derecha es CHUECA, lo vemos en Piñera, que a veces cita sin ninguna vergüenza a Neruda, y prontamente citará a Allende sin sonrojarse. La derecha roba al pueblo hasta los argumentos, sus símbolos, hasta sus mártires, no puede evitarlo es su naturaleza. Se nutre de lo peor de los hombres, de sus miedos peores, gatillados fuertemente por cirscuntancias de crisis económica, fomentando el pensamiento de temor, para así erguirse en una alternativa, sin que la gente repare en argumentos éticos, pues como dicen algunos “la panza es lo primero”.

Pero la derecha sin embargo tiene sus fidelidades, y son por cierto de las más perversas, en política internacional, será aval de guerreristas como Israel, como Uribe, seguramente acribillará mapuches y obreros, como lo dejó ver el mismo Piñera hace un tiempo cuando dijo que las FARC estaban apoyando al movimiento mapuche. Si llega al poder no dudará en boicotear al bolivarianismo emergente, y en trabajar en sus campañas de terror, las cuales constituyen ya un clásico.

Otra de sus fidelidades son los militares impunes, de delitos de genocidio y tortura. Otra su lacayismo con el imperio yanqui, con su retorcida dominación, económica, política, militar y mediática.

Dirán algunos que este escrito es un llamado a apoyar a FREI. Pues les digo no lo es. Frei y Piñera están y siempre han estado demasiado cerca, Piñera incluso casi milita en la DC, y no son muy viejos los acercamientos de esta con RN. A Frei no se le puede dar carta de apoyo, pues es una opción también derechizada, también amoral. Sin embargo muchos de sus votantes si lo son (morales), como lo son muchos que votan a Piñera.

La única opción sería maniatar a Frei a un programa de izquierda, uso la palabra maniatar, y deberá dejarse hacerlo si no quiere perder, y pronto, no basta con coqueteos pueriles, señor Frei. Entre aquellos puntos está la renacionalización del cobre, la desmilitarización de la araucanía, la abolición de las AFPs, el fin a la constitución del 80, al binominal, a la impunidad, etc. Es decir señor Frei todo lo que Ud nunca quiso hacer cuando fue presidente.

Ambas candidaturas representan lo peor de la chilenidad, lo peor de la humanidad.

Es interesante lo que en el discurso están dispuestos a hacer, para llegar al votante, lo cierto es que salga quien salga, deberemos apuntar con nuestra visión crítica a ambos para así ayudarlos a morir, pues son dos viejos dinosaurios, que libran quizas sus últimas batallas antes de la extinsión. Asi debe ser, así lo determinan los vientos de lucidez y cambio que se respiran en latinoamérica. Así lo merecen nuestros pueblos, que quizas han alcanzado la estatura suficiente para ponerse definitivamente de pie.
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