Lavapiés, con el cerco Racista, y con voluntad de resistir

Me paro con un grupo de latinoamericanos a los que acaban de pedir la documentación. “Por qué no van a por los que hacen algo de verdad”, dice uno. Otra mujer indignada comenta: “Yo acabo de salir de trabajar...y en la pared, es humillante”.
Tienen documentación y ya han sido identificados, pero se quedan al lado de los que esperan en la hilera. Con la indignación parada en el sitio. Otras personas miran lo que pasa de lejos. Otra redada y, otra vez, la rabia y la impotencia de no ser capaces de hacer nada
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