la república en chile es un mito.. por Carlos Peña
Carlos Peña habla de la memoria hoy en Foro Bicentenario“La república en Chile es un mito”
El abogado y futuro rector de la Universidad Diego Portales plantea que nuestra sociedad debe ser capaz de reelaborar su memoria postgolpe militar, sin olvido, pero privando a ese recuerdo de su “capacidad destructora”.
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font: bold 9px Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;
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Hace pocos días Carlos Peña fue designado rector de la Universidad Diego Portales. Pero en rigor, este abogado, uno de los cerebros de la reforma procesal penal, aún es vicerrector y así es como será presentado hoy a las 10:25 en el Foro Bicentenario “Memorias de las naciones: mitos, tabúes y silencios de la historia” que se realiza en Matucana 100.
Allí expondrá su ponencia “La posibilidad de un nuevo inicio: memoria y contemporaneidad”, un título que no dice mucho, pero que como él dice, “se trata de preguntarme si acaso el pasado es un conjunto de acontecimientos inconmovibles o es un ámbito de experiencia que se reelabora desde el presente”.
-¿Cuál es la respuesta?
-En Chile hay un relato compartido, una memoria colectiva, y eso lo elaboramos desde el presente. La idea de que el pasado es una condena es falsa, porque lo que se llama pasado, en rigor, es la reconstrucción desde un presente que le confiere nuevos significados a lo que ocurrió.
-Parece difícil reconstruir los últimos 30 años.
-Al igual que un acontecimiento traumático individual, uno no sólo recuerda lo que ocurrió, sino también el dolor que le provocó. Cuando usted reelabora la memoria en la terapia, logra recordar los hechos, pero sin ese carácter destructor que tenían. Tenemos que ser capaces de reelaborar nuestra memoria en términos de: que no haya olvido porque esos hechos ocurrieron, pero de ser capaces de privar ese recuerdo de la capacidad destructora que todavía tiene.
-Usted cree que hemos terminado el duelo para poder revisar ese pasado...
-No lo hemos vivido del todo. No somos capaces de mirar atrás con serenidad. Debemos no olvidar los hechos, pero olvidar la deuda, no sentir que tenemos algo pendiente.
-¿Cuál es la deuda?
-Si miramos 30 años atrás tenemos un conjunto de acontecimientos que irrumpieron en nuestra historia y contradijeron todo lo que habíamos creído siempre: una comunidad que cultivaba los valores republicanos y democráticos. Es a ese desajuste al que llamo deuda. La pregunta fundamental de por qué ocurrió eso, no está respondida. Aún no somos capaces de incorporarlo y fuimos nosotros quienes lo hicimos, nosotros fuimos las víctimas y los victimarios.
-Usted habla de la posibilidad de un nuevo inicio, pero eso tampoco parece posible hoy.
-En la medida que no lo incorporemos a nuestra memoria y lo sigamos viendo como una anomalía, nunca podremos empezar de nuevo.
-Pero esa incorporación sería encontrar una justificación histórica.
-No una justificación, una aceptación, porque si usted pregunta a los chilenos qué fue lo que ocurrió, pensamos que le ocurrió a otro, pero nos ocurrió a nosotros y esa es la prueba de que no lo aceptamos.
-A propósito de republicanismo, eso es un gran mito también. O sea en 1891 Balmaceda fue derrocado...
-Y también está el “Estado portaliano” que fue violento y excluyente durante todo el siglo XIX. La república en Chile es un mito, pero uno fecundo porque si nos lo creemos, vamos a comenzar a comportarnos como tal. Son formas de imaginar el origen que nos permiten hacer el esfuerzo de estar a la altura de esa imaginación y si no fuese así, siempre estaríamos mirando momentos muy miserables. Lo que añoramos como pérdida es lo que deseamos como futuro también.
El abogado y futuro rector de la Universidad Diego Portales plantea que nuestra sociedad debe ser capaz de reelaborar su memoria postgolpe militar, sin olvido, pero privando a ese recuerdo de su “capacidad destructora”.
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Hace pocos días Carlos Peña fue designado rector de la Universidad Diego Portales. Pero en rigor, este abogado, uno de los cerebros de la reforma procesal penal, aún es vicerrector y así es como será presentado hoy a las 10:25 en el Foro Bicentenario “Memorias de las naciones: mitos, tabúes y silencios de la historia” que se realiza en Matucana 100.
Allí expondrá su ponencia “La posibilidad de un nuevo inicio: memoria y contemporaneidad”, un título que no dice mucho, pero que como él dice, “se trata de preguntarme si acaso el pasado es un conjunto de acontecimientos inconmovibles o es un ámbito de experiencia que se reelabora desde el presente”.
-¿Cuál es la respuesta?
-En Chile hay un relato compartido, una memoria colectiva, y eso lo elaboramos desde el presente. La idea de que el pasado es una condena es falsa, porque lo que se llama pasado, en rigor, es la reconstrucción desde un presente que le confiere nuevos significados a lo que ocurrió.
-Parece difícil reconstruir los últimos 30 años.
-Al igual que un acontecimiento traumático individual, uno no sólo recuerda lo que ocurrió, sino también el dolor que le provocó. Cuando usted reelabora la memoria en la terapia, logra recordar los hechos, pero sin ese carácter destructor que tenían. Tenemos que ser capaces de reelaborar nuestra memoria en términos de: que no haya olvido porque esos hechos ocurrieron, pero de ser capaces de privar ese recuerdo de la capacidad destructora que todavía tiene.
-Usted cree que hemos terminado el duelo para poder revisar ese pasado...
-No lo hemos vivido del todo. No somos capaces de mirar atrás con serenidad. Debemos no olvidar los hechos, pero olvidar la deuda, no sentir que tenemos algo pendiente.
-¿Cuál es la deuda?
-Si miramos 30 años atrás tenemos un conjunto de acontecimientos que irrumpieron en nuestra historia y contradijeron todo lo que habíamos creído siempre: una comunidad que cultivaba los valores republicanos y democráticos. Es a ese desajuste al que llamo deuda. La pregunta fundamental de por qué ocurrió eso, no está respondida. Aún no somos capaces de incorporarlo y fuimos nosotros quienes lo hicimos, nosotros fuimos las víctimas y los victimarios.
-Usted habla de la posibilidad de un nuevo inicio, pero eso tampoco parece posible hoy.
-En la medida que no lo incorporemos a nuestra memoria y lo sigamos viendo como una anomalía, nunca podremos empezar de nuevo.
-Pero esa incorporación sería encontrar una justificación histórica.
-No una justificación, una aceptación, porque si usted pregunta a los chilenos qué fue lo que ocurrió, pensamos que le ocurrió a otro, pero nos ocurrió a nosotros y esa es la prueba de que no lo aceptamos.
-A propósito de republicanismo, eso es un gran mito también. O sea en 1891 Balmaceda fue derrocado...
-Y también está el “Estado portaliano” que fue violento y excluyente durante todo el siglo XIX. La república en Chile es un mito, pero uno fecundo porque si nos lo creemos, vamos a comenzar a comportarnos como tal. Son formas de imaginar el origen que nos permiten hacer el esfuerzo de estar a la altura de esa imaginación y si no fuese así, siempre estaríamos mirando momentos muy miserables. Lo que añoramos como pérdida es lo que deseamos como futuro también.
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