El Presidente de los Estados Unidos está fuera de control
Ayudantes de la Casa Blanca, agotados, cuentan la sórdida historia de una administración que se encuentra bajo sitio, acosada por una lucha amarga interna de personal y dirigidos por un hombre cuyos ciclos de humor sugieren que su paranoia ya limita con la esquizofrenia.
Describen a un Presidente cuyo personaje público enmascara a un hombre enojado y obsceno que regaña al personal, suelta inventivas contra los que disienten de el y termina las reuniones en la Oficina Oval con un “¡fuera de aquí!”
De hecho, los ciclos de humor de George W. Bush han llegado a ser tan drásticos que los correos electrónicos internos de la Casa Blanca a menudo contienen “boletines meteorológicos” advirtiendo el comportamiento del Presidente. “El mar está calmo” significa que Bush está tranquilo. “Alarma de tornado” es una advertencia de que está cabreado contra el Mundo.
Las calificaciones donde la aprobación de su trabajo disminuye y la crítica en aumento dentro de su propio partido tornan la paranoia del Presidente a un nivel más alto. Bush, en una reunión con consejeros de alto nivel, llamó al líder de la Mayoría del Senado, Bill Frist, "maldito traidor" por oponerse a una investigación.
“Hay una verdadera preocupación en el Ala Oeste de la Casa Blanca de que el Presidente es un retrasado,” me dijo recientemente un ayudante de alto nivel.
Hace un año, este sitio web descubrió que el médico de la Casa Blanca prescribió unos antidepresivos para Bush. Las noticias vinieron después que revelaciones de los cambios bruscos de humor del Presidente hicieron que algunos miembros del personal de la administración dudaran de su cordura.
Aunque seguidores del Partido Republicano rechazaron los informes alegando propaganda anti Bush, los informes fueron confirmados posteriormente por el psiquiatra prominente de la Universidad de George Washington, el Dr. Justin Frank. En su libro, "Bush en el diván: Dentro de la mente del Presidente", el Dr. Frank diagnosticó al Presidente como un “megalómano paranoico” y “alcohólico sin tratamiento” cuyo “paso por la vida refleja un sadismo registrado en las bromas de su niñez, (utilizando petardos para estallar ranas) insultando a periodistas, regodeándose de las ejecuciones del estado de Texas y el jugueteo alegre con las manos antes del bombardeo de Bagdad” presentan las inestabilidades de Bush.
“Realmente yo estaba muy pendiente de él y empecé mirando todo lo que hizo y leyendo lo que escribió mirando la cinta de vídeo. Sentí que estaba perturbado,” dijo el Dr. Frank. “De él queda el perfil de un ex bebedor cuyo alcoholismo ha sido detenido pero no tratado.”
Las conclusiones del Dr.Frank han sido confirmadas por otros psiquiatras prominentes, incluyendo el Dr. James Grotstein, profesor de la UCLA Médical Central, y el Dr. Irvin Yalom, MD, Profesor Honorario de la Facultad de medicina de Universidad de Stanford.
Cuando un alcohólico convaleciente (sobrio durante 11 años, dos meses y nueve días), sé de sobra los síntomas que el Dr. Frank describe y, después de observar a Bush pasados varios años tengo que, desgraciadamente, concordar con el Dr. Frank
Conversaciones en las últimas semanas con viejos amigos que trabajan en la Casa Blanca de Bush, confirman lo que dice el Dr. Frank y lo que han sugerido otros.
El Presidente de los Estados Unidos está fuera de control. ¿Cuanto tiempo puede durar el barco del Estado navegando con
un loco al timón?
Describen a un Presidente cuyo personaje público enmascara a un hombre enojado y obsceno que regaña al personal, suelta inventivas contra los que disienten de el y termina las reuniones en la Oficina Oval con un “¡fuera de aquí!”
De hecho, los ciclos de humor de George W. Bush han llegado a ser tan drásticos que los correos electrónicos internos de la Casa Blanca a menudo contienen “boletines meteorológicos” advirtiendo el comportamiento del Presidente. “El mar está calmo” significa que Bush está tranquilo. “Alarma de tornado” es una advertencia de que está cabreado contra el Mundo.
Las calificaciones donde la aprobación de su trabajo disminuye y la crítica en aumento dentro de su propio partido tornan la paranoia del Presidente a un nivel más alto. Bush, en una reunión con consejeros de alto nivel, llamó al líder de la Mayoría del Senado, Bill Frist, "maldito traidor" por oponerse a una investigación.
“Hay una verdadera preocupación en el Ala Oeste de la Casa Blanca de que el Presidente es un retrasado,” me dijo recientemente un ayudante de alto nivel.
Hace un año, este sitio web descubrió que el médico de la Casa Blanca prescribió unos antidepresivos para Bush. Las noticias vinieron después que revelaciones de los cambios bruscos de humor del Presidente hicieron que algunos miembros del personal de la administración dudaran de su cordura.
Aunque seguidores del Partido Republicano rechazaron los informes alegando propaganda anti Bush, los informes fueron confirmados posteriormente por el psiquiatra prominente de la Universidad de George Washington, el Dr. Justin Frank. En su libro, "Bush en el diván: Dentro de la mente del Presidente", el Dr. Frank diagnosticó al Presidente como un “megalómano paranoico” y “alcohólico sin tratamiento” cuyo “paso por la vida refleja un sadismo registrado en las bromas de su niñez, (utilizando petardos para estallar ranas) insultando a periodistas, regodeándose de las ejecuciones del estado de Texas y el jugueteo alegre con las manos antes del bombardeo de Bagdad” presentan las inestabilidades de Bush.
“Realmente yo estaba muy pendiente de él y empecé mirando todo lo que hizo y leyendo lo que escribió mirando la cinta de vídeo. Sentí que estaba perturbado,” dijo el Dr. Frank. “De él queda el perfil de un ex bebedor cuyo alcoholismo ha sido detenido pero no tratado.”
Las conclusiones del Dr.Frank han sido confirmadas por otros psiquiatras prominentes, incluyendo el Dr. James Grotstein, profesor de la UCLA Médical Central, y el Dr. Irvin Yalom, MD, Profesor Honorario de la Facultad de medicina de Universidad de Stanford.
Cuando un alcohólico convaleciente (sobrio durante 11 años, dos meses y nueve días), sé de sobra los síntomas que el Dr. Frank describe y, después de observar a Bush pasados varios años tengo que, desgraciadamente, concordar con el Dr. Frank
Conversaciones en las últimas semanas con viejos amigos que trabajan en la Casa Blanca de Bush, confirman lo que dice el Dr. Frank y lo que han sugerido otros.
El Presidente de los Estados Unidos está fuera de control. ¿Cuanto tiempo puede durar el barco del Estado navegando con
un loco al timón?
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