Chilenitos a superar la ignorancia

Empaquetados, reprimidos, con ínfulas de europeos y desprecio por nuestras raíces, nos cuesta entender a pueblos y líderes espontáneos y dignos

Hugo Latorre Fuenzalida
(05/10/06)

TUVE LA SUERTE de vivir muchos años en Venezuela y aprender de su mentalidad, vitalidad y desenfado.

Cuando llegué allá, pensaba que eran gente informal, inconsistente, poco seria y socialmente indefinida, tal vez por esa mezcla de razas morenas, en casi todos sus habitantes. Una anécdota. Un día caminando y conversando, un grupo de chilenos, con don Jaime Castillo Velasco por las calles de Caracas, le comenté al pasar: "Yo creo que a los venezolanos les hace falta inyectar algo de sangre germana". Don Jaime, con la sabiduría calmosa que le caracterizaba y con esa voz profunda, ronca y arrastrada, respondió: ".. O a los germanos inyectarles mucha sangre venezolana". Me dejó frío...Yo, el típico chilenito formado en los prejuicios de raza y de nacionalismos rastreros, me dejó, el recordado don Jaime, con una simple frase, descolocado y pensativo.

Cuando uno se acercaba al mesón de las panaderías y cafeterías (que estaban en un mismo local), y pedía sus "cachitos" de jamón con un "marroncito", un "negrito" o un "tinto" o "guayollito" (café bien cargado y bien agüado, respectivamente), etc., te quedabas marcando ocupado, pues pasaba el tiempo y atendían y servían a todos, menos a uno. Como un hambriento discurre más que cien letrados, al poco observar atentamente la escena caías en la cuenta que el venezolano pedía su servicio con voz muy alta, golpeando el "fuerte" (moneda de cinco bolívares) en el mesón y gesticulando con los brazos casi hasta amenazar al rostro del empleado del local. Nosotros, con nuestra cultura sumisa y apocada, con esa voz que apenas nos sale apretada de la garganta, las más de las veces con una tartamudez apenas disimulada, no éramos audibles en esa sociedad de desenfado extravertido, gestual, histriónica y aspaventosa.

En ese hermoso país, la gente que circulaba por las calles del centro, lo hacía con paso cansino*, propio del andar del trópico y del grácil balanceo de la raza negra y sus mezclas, hasta que al pasar por un local cualquiera, en que sonaba un ritmo de merengue o salsa, los cuerpos tomaban entonces el ritmo de la música y, ahí mismo, se asumía el baile con todas sus expresiones y encantos. Era una delicia sorprendente para nosotros, inhibidos y torpes de esqueleto y tiesos de mente y músculo, como buenos andinos.

Luego, con el tiempo, fui comprendiendo que en Venezuela se decía de los políticos y de las personalidades TODO lo que se les antojaba, y sin tapujos, sin pelos en la lengua. Al ladrón, se le llamaba por tal y al virtuoso se le reconocía, sin nunca llevarlo a la categoría de semidiós, con excepción de Bolívar, que es el único en nivel casi de dios histórico, vivo y presente.

No puedo olvidar un artículo del célebre intelectual, Cabrujas, en un diario de Caracas (era tal su llegada que cuando él escribía sus artículos dominicales, el periódico se agotaba), con motivo de ser ungido beato el célebre fundador del OPUS DEI, Escrivá de Balaguer; luego de tomarle el pelo de manera genial, recordando un acto en que estuvo el prelado de visita en Venezuela y respondió preguntas del público en la TV, termina el artículo con la siguiente y desfachatada frase: "Alegraos corruptos del mundo, pues ya tenéis quien interceda por vosotros en el cielo".

Yo no pude menos que reírme un día entero de esta ocurrencia magistral. Me pregunto hasta hoy si hubiese sido posible que esta frase fuese escrita por un chileno. ¿Se le hubiese siquiera ocurrido o pensado? Creo, y estoy convencido, de que es imposible, dada nuestra genética reverencialidad al poder de la Iglesia, por muy ruin que puedan ser algunos de sus prelados. Pero allá sí. Esta falta de códigos coercitivos, esta ausencia de autocensura, no es imaginable en Chile, al menos desde la dictadura hasta nuestros postrados días de declarativa democracia formal, pero en la que cargamos pesadas libreas interiores.

La literatura venezolana, incluso la histórica, está repleta de episodios en que se trata a los personajes con un lenguaje irreverente y crudo. En libros como "Los Amos del Valle", "Gómez", "La Casa del Pez que Escupe el Agua", "Los Ases de la Baraja"; el teatro de Aquiles Nazoa o los ensayos de Simón Rodríguez, están llenos de estas letras rotundas y espinosas, comparados con los patrones de la intelectualidad pulida y relamida de la tradición chilena, con las excepciones, tal vez, de los grandes (que por eso fueron grandes) como Gabriela Mistral, Neruda, Parra o Pablo de Rokha y otros que desconozco.

Chávez es llanero e hijo de la tradición más verseadora, lírica y expansiva del alma venezolana. Son gentes libertarias y de territorios abiertos, pocos prejuicios y hospitalaria territorialidad; de informalidad incomprensible para nuestra rigidez estructurada. Su embajador en Chile era de la misma condición. Son naturales de su tierra y de su historia, de sus genes mestizos y de su profunda identidad nacional y americanista.

Por eso el Presidente de Venezuela es capaz de saltarse protocolos tan rígidos como el del Emperador de Japón, de botarle el sombrero de un manotazo efusivo al formal presidente colombiano, Pastrana, su vecino y no siempre amistoso país; de tratar con los árabes de manera tan suelta y expedita, siendo éstos tan complicados y protocolares; de abrazar a la presidenta Bachelet y palmotearla y besarla, como si fueran amigos de siempre; de acoger al presidente Lagos, a pesar de su memorable apoyo implícito, en un discurso que responsabiliza a Chávez por el clima de confrontación que, según él llevó al golpe de Estado.

En fin, somos distintos y tenemos costumbres muy diferentes. El pecado mayor del ex embajador Delgado, en su entrevero con la DC chilena, no está en lo que dijo, pues visto al detalle no ofendió a nadie, sólo aludió a un partido del cual sus mismos militantes más destacados han dicho lo que dijo el embajador y de manera más directa y personalizada, sin que nadie retruque nada; el pecado está en el momento que lo dijo, pues es cierto que Venezuela aspira al apoyo de Chile en el voto de Naciones Unidas; sabe el embajador que la DC se opone fieramente a ese voto favorable y que diplomáticamente, lo que dijo, ayudó a que los poderes de ese partido y de la derecha chilena (que tienen gran interés en que el modelo chavista salga del camino rápidamente) adquieran más peso al interior del reñido balance de opciones que debe enfrentar la presidenta Bachelet. Por eso los dirigentes de la DC sobrerreaccionaron de manera tan rápida; el ex embajador les dio un arma gratuitamente, providencialmente.

Es posible, sin embargo, que ya Venezuela sepa que a Chile se le hará muy difícil ese apoyo, dada la correlación de fuerzas en contra (PPD, DC, Alianza por Chile) y, de pronto, hasta no desee el respaldo de un régimen como el de Chile, tan comprometido con los poderes dominantes del mundo capitalista, del cual los bolivarianos se distancian cada día más.

Pero lo que interesa, es la actitud del presidente Chávez en el discurso de las Naciones Unidas. El tratar como trató al presidente de los EE.UU. , cosa que ni siquiera hicieron los rusos en los peores tiempos de la Guerra Fría, ni Arafat cuando dio su célebre discurso en la Asamblea General. Pero Chávez, con desplante y tono jocoso, trató a Bush de "demonio", de que por su paso en esa sala (el presidente de EE.UU. había hablado antes), aún olía a azufre. En fin; sólo Fidel ha sido tan incisivo con estos amos del mundo como lo ha sido Chávez.

Todo esto suena casi a locura para nosotros, pero es una cosa incomprensible cuando no se tiene la capacidad de retar poderes, como lo ha hecho Chávez de manera permanente. Lo hizo contra el poder inmenso de Carlos Andrés Pérez y Acción Democrática y Copei; y los siguió retando, incluso cuando declara el fracaso de su golpe ("debemos reconocer que hemos fracasado, por ahora".), no cede en su intento de triunfar y de derrotar a sus enemigos. Finalmente los derrotó por la vía democrática y en todas las oportunidades que le han confrontado Ha debido enfrentar toda la prepotencia de los EE.UU. contra su gobierno, interviniendo de manera desembozada en los asuntos internos; ha enfrentado la tremenda oposición de todo los poderes económicos y políticos internos, de la prensa y de la televisión, de la ODCA, del grueso del episcopado y de los restos de partidos tradicionales que aún quedan actuando en sus múltiples porciones fragmentarias.

¿Es conducente a algo esta actitud desafiante ante el presidente más poderoso del mundo?

No lo sabemos. Puede que internamente sí, puede que internacionalmente también. Pero no se trata de sacar ese tipo de cálculos. Lo que deseamos destacar, es que somos de naturaleza distinta, que debemos aceptar esa forma de ver la política y no pensar que si las cosas no se hacen al estilo y la idiosincrasia de los chilenos, están, necesariamente, mal hechas.

Persistir en esa actitud no nos lleva a ninguna parte, excepto al aislamiento más afrentoso y dañino. América Latina está cambiando, pero no por el rumbo que pretende Chile; va por el sendero opuesto, por la defensa de sus derechos nacionales y populares, por la autonomía y por desafiar la prepotencia del capitalismo salvaje, incluso con gestos que les hagan ver que no son tan temidos como pretenden hacernos creer... y para ello, la risa es remedio infalible.

Comentarios

puebloppd ha dicho que…
Te espero en mi blog...
donde el apoyo a Venezuela la lleva !
Somos no pocos "chilenitos" y "PPD" que nos pronunciamos abiertamente por Chavez.
Un abrazo fraterno y rebelde !!!
Valeria.
cristian magne ha dicho que…
están llenos de estas letras rotundas y espinosas, comparados con los patrones de la intelectualidad pulida y relamida de la tradición chilena, con las excepciones, tal vez, de los grandes (que por eso fueron grandes) como Gabriela Mistral, Neruda, Parra o Pablo de Rokha y otros que desconozco.(quote)
stella diaz, juan emar, rodrigo lira, ese el el problema que en chile se valora todo atraves del aporte, nunca se podra construir una pueblo organizado, la literatura, el marxismo, la estatalidad, nada nada puede salvar de su inevitable altriusmo la unica formula,.... pero bueno... si quieres saber mas de loiteratura chilena puedes revisar sconf.cl donde hay biblotecas virtuale sy comentarios sobre la historia cimes y diretes y haceres y quehaceres... eso saludos

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