Un Edwards vendiendo cruces

Con unas patas impresionantes, jerarca del diario que vendió Chile a la CIA reclama en Venezuela contra el Presidente Chávez en nombre de la libertad de expresión

Luis Eduardo Silva de Balboa
(20/07/06)

UNA COMISIÓN DE la SIP (Sociedad Interamericana de la Prensa) se ha apersonado ante el gobierno del Presidente Hugo Chávez de Venezuela para reclamarle falta de respeto a la libertad de prensa y la utilización de resquicios legales para acallar a un diario del interior de ese país, cuyo edificio fue expropiado para beneficio de la comunidad en la ampliación de un área verde adjunto a una plaza.

Todo esto resulta muy comprensible, salvo que entre los integrantes de la comisión figura Felipe Edwards, subdirector de “El Mercurio” de Chile, diario que a comienzos de la década de los setenta se confabuló con la siniestra CIA para derrocar al presidente Salvador Allende y posteriormente servir a la dictadura con la más brutal distorsión de la realidad nacional y de los derechos humanos. Todo ello concluyó con la condonación de una mayúscula deuda de la Empresa Periodística El Mercurio con el Banco del Estado, sin explicación al país hasta estos días por ese regalo.

¿Qué autoridad moral tiene un Edwards para pedirle cuentas a un gobernante democrático venezolano acerca de una libertad que él mismo atropelló groseramente en Chile? Este Edwards, que pendula entre viñatero y empleado de su padre, se presenta sin pudor a exigir lo que nunca han sido capaz de dar, respeto a la pluralidad y a las libertades.

Preferible sería que aprovechara el viaje para vender vino, lo que le ayuda para aristocratizar un apellido de origen semita y que sólo pertenece al mundo del dinero, sin merced ni aquí ni allá.

Una palpable demostración de la inconsistencia absoluta en estos valores, tiene que ver con la permanente censura que es aplicada a la discrepancia en el blog de ese diario, donde solamente se publican lo que les resulta coincidente con los valores, perdón, intereses de “El Mercurio”.

El presidente Hugo Chávez, ciertamente con más moral que “El Mercurio”, puede estar muy tranquilo, ya que sus denunciantes tienen mucha ropa sucia que lavar; por suerte ni siquiera fueron recibidos por autoridad alguna de ese país.

Lamento que la SIP donde dimos valiosas luchas en pro de la verdadera libertad de prensa tanto con mi amiga Violeta Chamorro, como con otros en la década de los setenta, cuando Edwards justificaba el arresto del director de Revista Cauce, Gonzalo Figueroa Yánez, por la publicación de una nota mía enviada desde Washington sobre el crimen de Orlando Letelier, se preste a un “salto de tenca“ que sólo la desprestigia.






COMENTARIOS DE LECTORES
* Los señores Edwards recibieron 700.000 dólares el 9 de septiembre de 1971, autorizado por la comisión 40 y se les añadió otros 965.000 el 11 de abril de 1972 para pagar los empeños propagandísticos de la CIA en Chile. "Estos infiltrados escribían columnas o artículos favorables a los intereses de EEUU, eliminaban artículos de noticias negativas de los EEUU (por ejemplo Vietnam) autorizaban artículos de crítica de los izquierdistas chilenos". También incluían propaganda "negra": material falso creado para sembrar discordia. Estos datos son refrendados por el equipo Nizkor de la acción encubierta en Chile. ¿Estos "periodistas" son los que tienen la calidad moral para ver la paja en el ojo ajeno? Luis Jorquera

* Lo que escribe don Luis Eduardo, seguramente para abrir una polémica al respecto, no tiene asidero de ningún tipo. Don Luis Eduardo: ¿se cree usted moralmente capacitado para vender cruces? ¿Se cree más capacitado que el señor Edwards? ¿Por qué no miramos para arriba? Seguramente verá transparente el techo. El hecho de que sea judío es gracias a su madre, por lo que no se meta en eso, por favor. Si usted nos guiara con otro tema, digamos constructivo, le puedo prometer que opinaremos con gusto. El señor Edwards tiene exactamente el mismo derecho que usted a hacer todo lo que la ley le permite, no se crea superior a nadie; es muy posible que esté penúltimo en la lista. A todo esto, estaba vitrineando este diario cuando me encontré con su falta de respeto. Debo confesarle (sólo a usted) que no conozco al señor Edwards. Arriba, don Luis Eduardo, tire p'arriba y pare con el pasado... ya pasó. Alfredo Bolt

* Estimado columnista: ¿O sea que porque Edwards habría estado involucrado con la CIA, ahora tiene prohibido denunciar al peor dictador latinoamericano que tiene a su pueblo hundiéndose en la pobreza y ataca la libertad de prensa? Hubiera sido mejor que dedicara su columna a ayudar a sus "amigos personales" de la SIP a defender la libertad. Blas Bellolio

* Hay que debatir con ideas, no con descalificaciones
Aix de Salignac, arquitecto

Las apasionadas opiniones de quienes pretenden descalificar al columnista se golpean contra la realidad. En primer lugar, decir que Chávez es un dictador (con quien discrepo desde lo estético hasta lo político) es una aseveración insostenible e ignorante. En cuanto al señor Edwards, a quien no conozco, comparto los juicios del columnista, ya que mal puede un miembro de esa familia ir a pedirle cuentas sobre libertad de prensa a nadie. Me refiero a ese principio, ya que quienes conocemos la historia de Chile, sabemos que los Edwards de "El Mercurio" están marcados por su historia, que nunca ha sido en beneficio de la libertad de prensa, ése es el punto.

El despreciar el pasado, es caer en el vacío de los pragmáticos, quienes todo lo validan por el presente y el éxito. Este es un análisis muy miope, se expone a los Edwards en función de lo que representan, de lo que está escrito en informes como la Comisión Church del Senado norteamericano, que es coincidente con los puntos del columnista. El columnista siempre ha defendido la libertad y los actos de la SIP, pero ha reparado en uno de ellos, conformado por quienes justamente la pueden debilitar por sus carencias personales-institucionales, que son mejores en el ámbito de los negocios, pero no para sostener valores y principios que siempre han despreciado.

Hace unos días en el blog de ese diario logré interceptar, por así decirlo, un comentario de don Miguel González, director de comunicaciones del Poder Judicial, cuya familia directa paradojalmente esta vinculada a empresas periodísticas como “El Rancagüino”, con relación directa con la cadena “El Mercurio”. Todos sabemos que el Poder Judicial a través de la Corporación de Administración maneja los recursos del avisaje judicial, gran proveedor de fondos de las cadenas de prensa tradicional. Estos privilegios atentan contra principios constitucionales, contra principios de la Libre Competencia, contra la Equidad, contra la igualdad ante la ley, etc., etc.; no entiendo que haya chilenos que defiendan estas posturas, y haciéndolo, pretendan usar la práctica marxista de descalificar a la persona que los expone, ante la evidente carencia de ideas para enfrentar las ideas.

Resulta muy triste y pobre que los defensores de los señores Edwards en esta columna recurran al olvido del tiempo, o desconozcan que Felipe Edwards no debe integrar una comisión en defensa de un valor que él y su familia a denegado o vulnerado como institución y bien jurídico. El señor Silva podrá en otros ámbitos ser cuestionado, como a todo columnista, pero no en éste. A modo personal, no hay ningún columnista que sea perfecto en lo personal, por eso hay que abocarse a las ideas que se exponen y no practicar la doctrina marxista de desvalijar la persona, tácita o expresamente, para ocultar la incapacidad de confrontar las ideas con ideas.

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