Hace no mucho tiempo un amigo chileno me contó que en su clase de doctorado en una universidad madrileña se debatía sobre Pinochet, y el profesor dando cauce a una metodologia educacional avanzada pidió a cada uno que dijera que significaba Pinochet para ellos. Los alumnos respondieron con adjetivos como “asesino”, “ladrón” e “hijodeputa”, mi amigo en cambio intentó probar suerte con otra definición y dijo:”Franco”. No cayó muy bien este concepto en la sala, lo que a juicio de mi amigo era de esperarse, debido a la muy poca autoconciencia de las gentes que allí estaban, que como buenos españoles eran capaces de criticar lo ajeno, pero muy poco lo propio. Esta situación la comento pues viene al caso, de que hoy leyendo la prensa española, he visto titulares, como que a Garzón se le juzgará por investigar el franquismo, y que las principales pruebas sobre la corrupción del ayuntamiento de Madrid serán invalidadas. Dos casos que dejan muy mal parada a la justicia española, y que sonrojarí
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