Entrevista a Hirsch,...(del mierdcurio)

RODRIGO BARRÍA REYES

Brasil 23.

Casi en la esquina con la Alameda, las primeras cuadras de la calle están comandadas a sus costados por pequeños cuarteles proveedores de infinidad de artículos para automóviles.

La sede del pacto "Juntos Podemos Más" se abre paso en ese comercio con una minúscula entrada a una casona de frontis descascarado que es flanqueada por un local de venta de amortiguadores y otro de focos de auto.

Una empinada escalera de madera lleva a las entrañas del comando de Tomás Hirsch.

En dos pisos plagados de habitaciones añosas se reparten espacios donde estudiantes pintan carteles para las elecciones de la FECh, sala de conferencias de prensa, espacios para el acopio de material propagandístico, una pequeña cafetería y la oficina del candidato.

La sede está copada con afiches de distintos encuentros de izquierda, rostros de Gladys Marín y algunos con Hirsch.

En el albo baño del local, dos calcomanías indican las pastillas anticonceptivas de emergencia a las que se debe recurrir en caso de violación, embarazo no deseado o sospecha de rompimiento del condón.

La sala donde atiende Hirsch es un espacio simple y carente de cualquier amago de opulencia.

Se trata apenas de una pieza de techo altísimo, con un par de vetustos sillones, una pequeña mesa redonda en un rincón, unas sillas metálicas color rojo y un armario con algunos libros. En las paredes, un gran afiche de campaña del candidato y fotos de la fallecida Laura Rodríguez, el gran ícono de los humanistas.

Es el día después del debate presidencial y el rostro de Tomás Hirsch Goldschmidt -49 años, casado y 2 hijos- es una pintura que mezcla colores de alegría y cansancio.

Sabe que fue el "jugador revelación" del encuentro televisivo y por eso se quedó hasta pasadas las 3 de la mañana contestando los mails que le llegaron desde distintas partes del continente felicitándolo por su participación.

Hirsch toma un té. Su palm está apagada y su celular, al menos por un rato, descansa.

Hijo de judíos alemanes, Tomás es el menor de tres hermanos.

Su padre, Jorge, era de una familia muy humilde de un pequeño pueblo del norte alemán. Casi todos los habitantes judíos de la ciudad murieron en los campos de concentración. Apenas el padre de Hirsch y un par de personas más pudieron huir.

La madre, Lisa, era de una familia judía de Berlín. Después de pasar por Jerusalén donde estudió música, la mujer se trasladó con su familia a Chile.

El padre de Hirsch llegó en el barco "Copiapó" y casi de inmediato se fue a Toltén para trabajar allá como técnico en maquinaria agrícola. Años después, cuando se mudó a Santiago, conoció a Lisa y se casaron.

Mientras el padre armó una tornería que con el paso de los años se convirtió en una fábrica de pernos, la madre primero fue institutriz en un fundo donde enseñó francés y después se dedicó a dar clases de piano.

En una ironía de la vida, cuando el padre tuvo un problema en las arterias, supo que había un tratamiento médico en Alemania, país al que nunca había querido volver.

Pero fue. Allá se operó y, debido a una negligencia médica, murió. Estaba a 50 kilómetros del lugar donde había nacido.

En Santiago, Hirsch vivió en el paradero 11 de Gran Avenida y después en Ñuñoa, donde fue vecino del ex Presidente González Videla.

Tuvo una vida simple, de clase media, sin carencias, siempre en casa arrendada, con vacaciones en El Tabo, respetando las fechas judías, buena educación en el Instituto Hebreo, con promedio sobre 6, carrera de Ingeniería a medio terminar y creador de varias empresas fotográficas.

"No planteo clase única"

-En el debate del miércoles usted señaló que apenas el 5% de los chilenos eran favorecidos con el actual modelo económico. ¿Usted está dentro de ese 5% o fuera de él...?

-Diría que soy parte de ese 5% favorecido. En realidad, corrijo: quizás soy parte del 15% que le sigue. No me ha ido mal en lo económico. Partí con nada y he trabajado mucho. No tengo grandes ahorros, pero sí algunos bienes: una casa, otra en la playa, un auto.

-A propósito del modelo económico que critica, usted vive en Las Condes, se educó en el Instituto Hebreo, estudió Ingeniería, ha creado y gestionado un par de empresas y hace poco se operó en la Clínica Alemana y no en un hospital público. Pareciera que está más cerca del actual modelo que lejos de él...

-¡Entonces vale la pena escucharme! Si estoy planteando lo que digo está claro que no es porque quiero cambiar mi situación personal. Me indigna el país que veo. Me indigna ver tanta injusticia. No sé, vivo en un mundo, soy sensible a él y no me gusta que la gente la pase mal. Yo no vivo al lado de una planta de aguas servidas con olor a mierda todo el día, pero voy a Calama, veo eso y me parte el alma. ¿¡Qué quieres que te diga...!? No planteo clase única ni nada por el estilo. No tengo problema con el que tiene plata, pero sí tengo problema con que el Estado no garantice derechos a la gran mayoría.

-¿Qué le pasa cuando compara su realidad con la del resto de los chilenos con que se topa en su campaña?

-Me siento agradecido. Y me siento coherente, porque nunca he dedicado mi vida a desarrollar una situación económica. Ahora, si me comparo con mis compañeros que hoy son dueños de Tricot, Hites, Casa&Ideas o Ripley, claro, efectivamente todos me dicen "qué mal te fue...". Yo seguí otro camino.

-¿Cómo se mantiene económicamente en estos meses de campaña?

-Mis socios en las empresas fotográficas me han mantenido el sueldo que tenía. Y también trabajo. Hoy, de hecho, de 8 a 10 de la mañana estuve trabajando.

El doble del mínimo

-¿Cuánto piensa gastar de su bolsillo en la campaña?

-De verdad, no sé. En lo que más he aportado es en gastos de auto, bencina y alojamiento, aunque suelo quedarme en casas de amigos en vez de estar en hoteles. Hay gente que se gasta su plata en jugar golf, viajar por el mundo o en restaurantes. Yo he preferido ponerla en este proyecto. A veces he puesto 100 mil o un millón. Y otras veces no pongo nada. Bueno, también he tenido que comprarme ropa.

-¿El terno del debate fue comprado especialmente...?

-A ver...(piensa mientras va descartando mentalmente las pertenencias) la chaqueta la tenía, la camisa la tenía... La corbata sí la compré.

-¿Le molesta cuando compara el nivel de gasto de su campaña con el de sus contrincantes?

-A mí me daría vergüenza. Dilapidar recursos no me parece bien no más. Ahora, los otros tienen el derecho a hacer las cosas como les parezca.

-Pero cree que la capacidad económica es fundamental a la hora de lograr éxito electoral...

-Sin duda. Hay una vinculación perversa: el poder político está subordinado al poder económico. En realidad, el verdadero poder es el económico, no el político. Campañas que reciben enormes aportes después deben rendir cuentas. Por eso es que para mí resulta liberador no recibir platas de las grandes empresas.

-¿No hay ningún gran empresario que aporte a su campaña?

-Deben haber algunos que me apoyan, pero ninguno me entrega dinero.

-Si tuviera cierta equiparidad de aparición y apoyo económico respecto de los demás candidatos, ¿en qué lugar de las preferencias estaría?

-En igualdad de condiciones, estaríamos peleando la segunda vuelta. Estoy cierto que, si fuera así, le sacaríamos por lo menos 4% a cada uno del resto de los candidatos.

-¿Cómo es Hirsch como empresario? ¿Paga bien a sus trabajadores por ejemplo?

-Como norma, con mis socios decidimos siempre pagar como sueldo mínimo el doble del legal. Por eso, si el mínimo era de 100 mil, pagábamos 200 mil.

-Hace unas semanas, Dennise Maelebrán, la vocalista del grupo musical Saiko, y que trabajó alguna vez en una de sus empresas, dijo textualmente: "Me pagaba una mierda"...

-A ver, hablemos con seriedad. Trabajó dos o tres meses como part-time, hace 6 años, y ganaba 80 mil pesos. Es decir, 160 a tiempo completo, que era el doble del sueldo mínimo de ese momento. Esa fue una declaración con una clara intención política.

"No me inspiro en Cuba"

-¿Por qué cree que, si dice representar a la mayoría postergada del país, apenas una minoría lo apoya?

-Primero, porque se conoce muy poco nuestra propuesta. También porque la Concertación ha sido una marca registrada muy potente. Pero es una marca que va decayendo cada vez más. En esta campaña, te juro, nadie me ha encarado diciéndome: "¡Voy a votar por Bachelet!". El voto por Bachelet es blando, sin mística, sin convicción...

-¿No existirán también otros factores, como que usted tenga escaso potencial para convocar o bien que sus propuestas no resultan atractivas para los electores?

-Bueno, cada uno puede hacer la interpretación que quiera. No creo que sea una cuestión personal. Además, aún no conocemos la votación de diciembre. Veamos cuál es primero. Sinceramente creo que vamos a tener la más alta votación que ha tenido la izquierda en estos años.

-¿Va a sacar más de lo que logró Gladys Marín?

-... Espero que aumentemos la votación.

-¿Cómo se explica que el PC haya decidido apoyar a un militante del Partido Humanista como candidato a la presidencia?

-Bueno, eso debería preguntárselo a ellos...

-Ok, ¿qué sospecha entonces?

-Es que estamos en un acuerdo muy sólido, muy profundo. Mucho más de lo que la gente y los medios sospechan. Y es claro que el PC tuvo un gesto de amplitud al comprender que esa unidad se facilitaba teniendo un candidato que no fuera de su partido.

-¿No será porque, después de la muerte de Gladys Marín, el PC no deseaba arriesgarse a que un posible fracaso en la votación de diciembre afectara directamente a uno de sus militantes?

-No, no lo creo. Nuestro proyecto es de construcción y va mucho más allá de los votos que se consigan en diciembre.

-¿Son más las cosas que unen que las que separan a humanistas de comunistas?

-Nos unen sólo tres cosas: un pasado común de lucha contra la dictadura, un presente de trabajo conjunto y un futuro de darle a Chile justicia social. Suficiente con eso.

-Como sea, resulta curiosa la unión humanista-comunista. Usted, por ejemplo, cree firmemente en la idea de la no violencia activa, mientras que el PC es amigo de otras vías más radicales...

-Sin duda. Y eso lo incluyo cuando le hablo de experiencias históricas y políticas diferentes.

-En el foro presidencial usted dijo que ningún país servía como modelo a seguir en lo que eran sus propuestas. Es raro: ¿cómo no va a existir un país del mundo que le atraiga como opción a seguir...?

-Sí los hay. Lo que pasa es que nosotros no imitamos a nadie, pero es claro que miramos muchas experiencias. Por ejemplo, me inspiro mucho en lo que sucede en Nueva Zelandia. También en los países del norte de Europa.

-¿No se inspira para nada en Cuba?

-No me inspiro en Cuba, pero sí recojo elementos de ellos como la prioridad a la educación, salud y cultura.

Marihuana, condones y amor

-Tomás, ¿qué drogas ha probado en su vida?

-La marihuana.

-¿Ninguna otra?

-No, ninguna otra.

-¿Cuándo fue la última vez que probó marihuana?

-Hace como 30 años.

-¿Tanto...?

-Sí...

-¿Está a favor de que se legalice su consumo?

-Sí. No creo que lleve a drogas más duras y no creo que genere un daño a la salud. Eso sí, soy muy contrario al consumo de drogas duras. Ahora, más importante que la marihuana son los sicofármacos. La mitad de la población chilena usa pastillas para dormir y la otra mitad para despertarse. Ésa es la mayor drogadicción en Chile. Yo no consumo ninguna de esas pastillas. Me acuesto y me levanto súper bien. Incluso, hace tres años tomé mi último pisco sour. Me alejé del alcohol.

-¿Qué pasaría si uno de sus hijos fuma marihuana: sería una complicación, un tema de conversación, una decepción...?

-Sería un tema de conversación. Ellos saben que tienen la libertad para tomar sus decisiones y para experimentar en la vida. Si alguno decide un día probarla, bueno, cómo no, que la pruebe y después lo conversamos. La verdad es que mucho más temor me produce el consumo de alcohol en los jóvenes y que manejen borrachos.

-Su hijo tiene 13 años. ¿Ya habló con él del condón?

-El año pasado me preguntó cómo eran los condones. Entonces fuimos a la farmacia a comprar uno. Lo abrimos, lo miramos y lo primero que me dijo fue: "¡Chuta que es grande!". El que pretenda que su hija no tenga un condón en su cartera me parece una aberración. Yo, por lo menos, quiero que mis hijos estén protegidos y que no repriman su sexualidad.

-¿A su hija en, su momento, le compró condones?

-No, no le compré. Pero en su momento ella y su pololo compraron. Ella se compra sus anticonceptivos y conversamos de su intimidad cuando ella quiere y, si no quiere, no no más.

-Tomás, ¿cómo es eso de que viven en casas separadas con su mujer?

-Sí, hace casi 4 años. Lo que pasa es que, después de 24 años, tuvimos una crisis matrimonial. Nos queríamos mucho y no queríamos romper esa relación. Por eso ella se quedó en la casa y yo me fui a un departamento como a dos cuadras. Desde entonces nuestra relación mejoró mucho. De hecho, en unos meses más vamos a volver a vivir juntos.

-¿No se atrevieron a separarse?

-Es que nos queríamos mucho. Estábamos viviendo una complicación, pero no queríamos separarnos. ¿Cómo evitar que esa relación se quebrara irremediablemente? Y encontramos esta respuesta.

-Lo recomendaría entonces...

-¿¡Qué tengo yo que andar recomendando...!? Pero, por lo menos para mí, sirvió.

IDENTIDAD

Padres: Lisa y Jorge.

Apodo: "Tomy".

Familia: casado con Juanita Vergara (presidenta regional del Partido Humanista), 2 hijos.

Estudios: Instituto Hebreo. Alguna vez quiso estudiar Medicina, pero el error quirúrgico que mató a su padre lo hizo optar por Ingeniería. No terminó la carrera y se dedicó a trabajar con uno de sus hermanos.

Trayectoria política: se interesó en Silo siendo quinceañero. Fue confundador de la Concertación y embajador en Nueva Zelandia durante el gobierno de Aylwin.

Candidaturas: se presentó como opción a diputado el 93 y 97. El 99 fue candidato presidencial, donde logró el 0,51%.

DEFINICIONES

Hirsch en breve

El candidato del pacto "Juntos Podemos Más" es un tipo al que le gusta moverse por los tonos grises, en las tonalidades claroscuras.

A Hirsch le incomoda y molesta profundamente tener que definirse en palabras breves ante una situación o personaje.

"¡¿Ah, sólo puedo responder verdad o mentira?! Pero qué autoritario que eres...", dice cuando, incómodo, se lanza a contestar como verdaderos o falsos los siguientes supuestos:

Bush es más peligroso que Osama Bin Laden: Verdad, por el poder que tiene.

Chávez es populista: Mentira.

Cuba es un país democrático: ...Verdad.

El 11 de diciembre saldré cuarto: No lo sé.

Fui el mejor en el debate del miércoles: Verdad.

Si Bachelet me ofreciera un cargo en su gobierno aceptaría: Ni lo he pensado.

Si no fuera humanista, sería comunista: Mentira.

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