El Mundo al revés




Giraluna
Desde hace mucho que Chile es el mundo al revés, donde los barcos guian a los faros en la niebla, las hienas escapan de los conejos y los peces engullen pelícanos. Y, por cierto, es el país donde el gobierno se viste de izquierda para asistir al baile de la modernidad donde nada es lo que parece. Entonces nos hablan de estilos diferentes, de cambios culturales, del poder de la mujer, del nuevo Chile que se empieza a configurar a partir de la elección de Michele Bachelet como presidente. Nos abruman con la moda de los criterios paritarios, la combinación entre juventud y experiencia, la independencia de los partidos. Pero nadie dice que seguiremos viviendo en el mismo sistema capitalista y el mismo modelo neoliberal implantado por la dictadura y consolidado por los gobiernos de la Concertación. Nadie señala que todo cambia para que todo siga igual. Nadie parece cuestionárselo tampoco, pues la mayoría de los chilenos - especialmente aquellos que votaron - creen que el nuevo gobierno será distinto y que se materializarán profundos cambios culturales en el país.
Es que la elección de Bachelet ha sido proyectada como el término simbólico de la eterna transición, la culminación de un ciclo, toda vez que ella fue víctima de las violaciones a los derechos humanos, como lo fue también su familia, y ahora se yergue como la persona con la capacidad de perdonar. No en vano, recién electa, la iglesia católica señaló que la presidenta constituye “un símbolo de reencuentro entre los chilenos, un símbolo de paz entre nosotros, de un pais reconciliado. Alguien que fue golpeada por el odio, pero que prefirió superar ese odio a través de la comprensión, la tolerancia, el amor”. Asimismo, la Fuerza Aerea la catalogó como “parte de la familia aerea”. Pero ¿Qué significa todo esto si finalmente continúan implementándose las mismas políticas, el mismo modelo, el mismo sistema deshumanizador y excluyente? ¿ Qué relevancia tiene si es que asesinos y torturadores deambulan libres por las calles de Chile? ¿Qué importa si es que ella reniega de su pasado?
Es que el gobierno de Bachelet no se medirá por el pasado de su presidenta, sino que por las políticas que implemente en todas las esferas. No se medirá por el número de mujeres o jóvenes que integren el gobierno, sino que por el modelo que sustente. Y todo indica que no habrá cambios sustanciales y que Chile continuará siendo un país capitalista dependiente de la exportación de materias primas y, por cierto, acólito de Estados Unidos en la región. Así de simple y así de peligroso, porque cada día que pasa se deshumaniza más al chileno en esta tierra con vista al mar, con 11 millones de celulares, 14 millones de tarjetas de crédito, 3 millones de vehículos; con el 87% de los hogares con televisión a color, el 20% con computador, pero carente de felicidad. Porque, los chilenos están conectados a internet y televisón por cable, pero no están conectados con su condición humana, pues esta la destruyó el consumismo.
Son pobres a plazo, pues el endeudamiento se incentiva y consolida, que funcionan con mentalidad de rico, mientras los verdaderos ricos los continúan explotando. Porque a nadie le queda duda que este es el país de los empresarios que operan sin contrapeso alguno. Son los mismos que amaron a Lagos y que hoy se manifiestan contentos con la elección de Michele Bachelet, que se congratulan del nuevo ministro de Hacienda y ven con buenos ojos otro gobierno concertacionista. Es el mejor escenario para la derecha, ya que pueden seguir profitando del modelo que ellos instauraron, pero asegurándose, al mismo tiempo, que no habrá movilización social, pues el gobierno de seudo izquierda se encargará de ello. Nada dificil por lo demás, ya que un porcentaje importante de nuestro pueblo se ha deslumbrado con el nuevo estilo de Bachelet el cual, por desgracia, no transciende la forma. De eso están plenamente concientes los empresarios, los militares y los Estados Unidos, de lo contrario no estarían tan felices. Porque en este mundo al revés un gobierno “socialista” les es más útil que un gobierno de derecha, que no es lo mismo, pero es igual.
Periodico latinoamericanista Giraluna

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Sí, al final derecha y centroizquierda salen ganando, el proletariado sigue igual... lo peor es que todos se creen la imagen de falsa izquierda de Bachelet siendo que, al igual que los otros gobiernos de la Concertación,ella seguirá usando el modelo neoliberal y capitalista. Es toda una farsa...
Saludos.
asur ha dicho que…
y cual es para Ud el proletariado.. que sector de la poblacion es...
que labores realiza....
cuantos son de la poblacion nacional?

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